Cuentan los supuestos sabedores del antiguo conocimiento e historia de estas paradisiacas regiones de 40° o mas, que estos lares, hoy conocidos como Hermosillo, Sonora llamaronse alguna vez Presidio del Pitic, tiempo despues, ya acabada la lucha de independencia se le otorgo el nombre de Hermosillo, por un General de las fuerzas insurgentes, que hablando con la verdad apenas y vio de lejesitos nuestra yerma tierra.
Este es el argumento de algunos representantes de la comuna, llamense diputados locales, que ahora salieron con la bendita cosa de cambiarle el nombre a la ciudad y municipio de Hermosillo por el de Villa del Pitic, que la verdad a mi me suena afraccionamiento barato del infonavit.
Quien fue el Señor Hermosillo, la verdad me viene valiendo purititito sorbete, que si no vino a conocer, pues mejor un guacho menos por aca, jajaja no es cierto , si soy proguacho.
La verdad es que la procedencia del nombre importa muchisimo menos que la relevancia y el significado para las personas para quienes verdaderamente significa algo.
Al oir Hermosillo no pienso en un General sureño o gachupin con el trasero hasta las manitas de tanta almorrana por venir a caballo por 2 000 Km.
Al oir Hermosillo, pienso en una ciudad moderna, no al estilo futurista, sino en una que esta al dia con los acontecimientos mundiales, que aunque su gente trabajadora se empecina en seguir ganando sueldos bajisimos por permanecer aqui, no le cruza por la cabeza emigrar, son muchos los sonorensea que andan de pata de perro haciendo talacha en Gringolandia y Canada, pero algo tiene este suelo seco y duro que enamora, algo tiene mi gente que la hace de lo mas amigable y hospitalaria, no se si sea su franqueza, el desinteres al ayudar, la sinceridad o la sonrisa abierta, pero algo hay de eso.
Ojala que los legisladores se pongan a trabajar en embellecer nuestro rancho grande y dejen de pensar que si el general que si ya pario la cochi. Hermosillo es el hoy, el nosotros, lo que somos.
